viernes, 4 de enero de 2013

Pasaporte al cielo



"¡Esa mujer era una santa, se debe haber ido derechito al cielo!", decían todos en el pueblo, cuando murió doña Margarita. Ella era muy reconocida por sus obras de caridad. Siempre estaba visitando asilos, orfanatorios, hospitales y poblaciones pobres. Hasta en sus últimos momentos se mantuvo activa y todos admiraban su disposición. Margarita era una mujer muy religiosa, otorgaba muchos donativos a la iglesia del pueblo y era muy amiga del párroco. Por todo esto, la opinión general era que doña Margarita se había ganado el cielo por su buen corazón y religiosidad.
En otra parte del mundo, falleció otra mujer, que al igual que la anterior, se había "ganado el cielo", según el parecer de quienes la conocieron. Sofía se merecía el cielo, porque había sido una mujer que había sufrido mucho durante toda su vida. Había sido huérfana, había sufrido maltratos, había vivido en la calle, de la cual la había rescatado un hombre pero él también la maltrataba. Tuvo siete hijos los cuales le dieron problemas todo el tiempo, en fin, la vida de aquella pobre mujer, había sido una constante tragedia. Según la opinión popular: "había sido una mártir, pero ahora estaba en el cielo por fin, descansando de sus sufrimientos, al lado de Papá Dios"...
Y así, hay muchos casos de personas que según el criterio de muchos, se han "ganado el cielo" por sus buenas obras o porque sufrieron mucho en su vida o porque eran muy religiosas...pero, ¿quiénes somos los seres humanos, para pensar que tenemos la facultad de opinar sobre algo tan serio y de tanta trascendencia, cuya juridicción pertenece solo al Creador?
El problema radica en el desconocimiento de lo que Dios dice al respecto y en la influencia de las religiones y doctrinas humanas.
Conocer la Palabra de Dios marca la gran diferencia entre la verdad y la mentira. La Biblia nos abre los ojos, nos revela la mente de Dios. Dios dice en Su Palabra que hay un solo camino para llegar a El y es nuestro Señor Jesucristo. "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí", dice Juan 14:6. Solo por medio de Jesús podemos llegar al cielo.
Ningún ser humano se merece el cielo, nadie es suficientemente bueno delante de Dios como para eso. "Por cuanto todos pecaron, y están destituídos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús" Romanos 3:23-24.
Sin Jesucristo, las puertas de los cielos están cerradas para doña Margarita, doña Sofía y quien quiera que crea que por sus buenas obras o su sufrimiento, tiene garantizada la entrada al cielo. Igualmente están cerradas para aquellas personas que profesan una religión, ninguna religión lleva al cielo. Al cielo se llega gracias a Dios mismo, quien envió a Su Hijo para redención de todo aquel que cree en él. "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe" Efesios 2:8-9.
El que cree que por sus buenas obras se puede ganar el cielo, desprecia el sacrificio de Cristo. ¿Para qué habría de sacrificarse Jesús por nosotros si de todos modos podíamos ganarnos el cielo, haciendo buenas obras?
Amigo(a), ¿tienes tu pasaporte en regla para viajar al cielo el día que el Señor lo indique? ¿Tienes la certeza de que ese es tu destino final?
El hombre siempre se ha interesado por saber qué hay después de esta vida, pero muchos reciben información equivocada. El único pasaporte que sirve para viajar al cielo, es el que tiene el sello de Cristo. Este sello es absolutamente gratis y se consigue con un único y sencillo trámite: recibiendo a Cristo como nuestro Señor y Salvador personal y entregándole nuestra vida. Si ya lo has hecho, tu pasaporte está sellado y está vigente mientras permanezcas en El. Si aun no lo haces, no demores, mañana podría ser demasiado tarde.

"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es donde Dios; no por obras, para que nadie se gloríe"    Efesios 2:8-9

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