"Nadie te podrá hacer
frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no
te dejaré, ni te desampararé" Josué
1:5
Según el diccionario, soledad es falta de
compañía, pero la soledad es compañera invisible de muchas personas. La soledad
se siente en el alma, en todos los sentidos. La falta de cariño es soledad; la
falta de comprensión, es soledad; la ausencia del ser amado, es soledad...la
nostalgia, el abandono, la traición, el rechazo, en fin, muchas circunstancias
pueden hacer que nos sintamos solos.
La soledad es peligrosa.
Muchas personas buscan refugio en las
adicciones a causa de sentirse solas y lo que es peor, pierden las ganas de
vivir y pueden incluso, ocasionar su propia muerte. Antes se creía que
únicamente las personas adultas se podían sentir solas, pero en estos tiempos, en donde niños
de hasta ocho años llegan a quitarse la vida, hay que pensar en qué terrible
soledad viven también algunos pequeños. Pero, somos muy egoístas y vivimos solo
autocompadeciéndonos, sin ver que a nuestro alrededor, hay más sufrimiento que
el que pudiésemos soportar nosotros. Miremos hacia nuestro entorno, salgamos de
dentro de nosotros mismos y echemos un vistazo afuera. Nos daremos cuenta de
que, comparados con otros seres humanos, no somos tan desafortunados. Cuántos
ancianos mueren solos en sus miserables viviendas, abandonados por los suyos,
esa debe ser una de las soledades más terribles. La soledad, en ocasiones, es
consecuencia del egoísmo de los demás.
Somos creados por Dios y
El es fiel, no nos dejará ni nos desamparará, a pesar de que las circunstancias
nos hagan pensar lo contrario a veces. Jesús dijo: "...Y he aquí, yo estoy
con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:20b), esta
es una promesa y El cumple sus promesas, así es que, amigo o amiga que te
sientes solo o sola, tu soledad no es tal. Ten fe, confía como el rey David,
que dijo: "Aunque mi padre o mi madre me dejaran, con todo, Jehová me
recogerá" (Salmos 27:10). Puede ser que estés sufriendo abandono de parte
de alguien que tú querías, puede ser que tus padres te abandonaron o tus hijos
o tu pareja, etc., si confías en Dios como David, ese sentimiento de soledad,
desaparecerá.
Jesús mismo fue abandonado
por sus discípulos, cuando la situación se tornó peligrosa, pero él declaró que
no se quedaba solo, pues el Padre estaba con él. Hay que seguir su ejemplo y
cuando parezca que la soledad nos quiere "hacer compañía", solo
sintamos la presencia de Dios, que está a nuestro lado, porque con El nunca,
nunca vamos a estar solos.
"He aquí la hora
viene, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me
dejaréis solo, mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo" Juan 16:32
No hay comentarios:
Publicar un comentario