"Entonces les
abrió el entendimiento para que comprendiesen las Escrituras" Lucas 24:45
La razón por la que
muchos no leen la Biblia, (aun algunos que se dicen cristianos) es porque no la
comprenden. La Biblia no es un libro para entenderlo con la mente, sino con el
espíritu y el corazón. No es necesario tener un alto nivel de estudios para
esto. Personas con doctorado universitario, pueden leerla de principio a fin,
pero no son capaces de captar el verdadero significado de lo que leyeron. No se
produce ningún cambio en ellas, porque su enfoque hacia las Escrituras ha sido
puramente intelectual. Son personas a las que en este mundo se les llama cultas
y preparadas, pero no están preparadas para entender las cosas de Dios, pues no
tienen el Espíritu de Dios.
"El que no tiene
el Espíritu no acepta lo que procede del Espíritu de Dios, pues para él es locura.
No puede entenderlo, porque hay que discernirlo espiritualmente" 1
Corintios 2:14
El primer paso para
entender la Biblia, es involucrarte sinceramente con Dios, pues El es quien te
dará entendimiento a través de su Santo Espíritu.
"Ahora bien, Dios
nos ha revelado esto por medio de Su Espíritu, pues el Espíritu lo examina
todo, hasta las profundidades de Dios" 1 Corintios 2:10
El que tiene el
Espíritu de Dios, aunque carezca de estudios y conocimientos, puede entender lo
que Dios le dice en Su Palabra:
"Los gobernantes,
al ver la osadía conque hablaban Pedro y Juan, y al darse cuenta de que eran
gente sin estudios ni preparación, quedaron asombrados y reconocieron que
habían estado con Jesús" Hechos
4:13
¿Cómo tener el Espíritu
Santo de Dios para poder entender la Biblia?
Arrepiéntete de tus
pecados y confiésaselos a Dios. Cree en Jesucristo como tu Salvador personal y
ábrele las puertas de tu corazón. Entonces el Espíritu Santo entrará en ti y te
ayudará a comprender y a conocer la Palabra de Dios y no solo eso, también
cambiará tu vida.
"Pues si ustedes,
aun siendo malos, saben dar cosas buenas
a sus hijos, cuanto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a
quienes se lo pidan!" Lucas 11:13
A la par, existen
métodos prácticos de estudio de la Biblia que te ayudarán a entenderla mejor.
Uno de ellos es el inductivo, que consiste en:
Examinar el contexto,
buscando la relación entre los versículos. No se debe tomar un versículo
aisladamente. El enlace entre ellos te mostrará la idea principal, que es la
finalidad de este primer paso. Conociendo la idea principal, puedes deducir el
significado que las palabras tienen para el escritor. Trata de ubicarte en su
época para comprenderlo mejor. Fíjate en qué cosas hace mayor énfasis, qué es
lo que repite, etc. Habiendo reconocido el significado que el pasaje tiene para
él, trasládalo a tu propia vida y época. El mensaje es para ti, Dios te está
hablando a ti en cada párrafo de las Escrituras. Mucha gente declara que la
Biblia es un libro pasado de moda y sus enseñanzas son anticuadas. Quienes
piensan así, se equivocan, Dios eligió una época para dictar su mensaje a la
humanidad, pero ese mensaje es válido para todas las épocas.
No puedes llamarte
cristiano si la Biblia no es tu manual de vida. La Biblia es el aliento
espiritual por excelencia para crecer y llegar a ser lo que Dios quiere que
seas. No te desanimes si hay algo que no entiendas. Acostúmbrate a escribir lo
que no entiendes y después coméntalo con tu pastor o maestro de estudios
bíblicos, pero no te detengas a causa de no entender todo lo que lees.
Familiarízate con la Palabra.
Existen varias
versiones de la Biblia, (no varias Biblias, como algunos piensan). Algunas son
de más fácil comprensión pues utilizan un lenguaje más moderno. También existen Biblias que contienen una
explicación de cada libro o notas y comentarios, concordancia, mapas, etc. Esta
es la diferencia entre las diferentes versiones, pero es la misma Palabra de
Dios en todos los casos.
La Biblia ha sido el
libro más atacado y más desvirtuado en el mundo, pero sigue siendo el libro más
vendido y que más vidas ha transformado.
"El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras
no pasarán" Mateo 24:35
Hay partes de la Biblia que pueden causarte
dificultad, pero nunca deben causarte duda.
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