miércoles, 6 de abril de 2016

LA "MAMITIS"



-       Mi hijo no quiere estar con nadie más que conmigo- decía Elena a su amiga Rosa.
-       ¡Ah, está en la edad de la mamitis! A mí también me pasó con Pedrito, quería estar siempre pegado a mí, pero después se le pasó. No te preocupes.
Elena era mamá primeriza y había cosas en las que todavía no tenía práctica, así que consultaba con sus amigas con más experiencia. Su Albertito, que tenía un año y ocho meses, solo quería estar con ella, se le abrazaba cada vez que podía y si la perdía de vista un momento lloraba desesperadamente. Todos decían bromeando que el niño tenía mamitis, pero nadie le daba una solución, solo decían :”ya se le pasará”, pero mientras tanto, Elena no podía dar un paso sin tener al niño pegado encima como si fuera un “post it” que le recordaba a cada segundo: Soy tu hijo y quiero estar contigo. Elena no podía negar que le gustaba sentirse querida y necesitada por su hijo, aunque a veces la asfixiaba y le impedía hacer sus labores en la casa. Albertito la acaparaba todo el tiempo y no la dejaba hacer nada, se le colgaba abrazándose a sus piernas, sin dejarla ni caminar o se le ponía adelante para pedirle los brazos constantemente.

A muchas mamás les ha tocado pasar por esta etapa difícil con sus niños: “la mamitis”, que es una condición infantil provocada principalmente por inseguridad. Para el niño, mamá es la que está con él desde que nació, mamá es la que lo alimenta, la que lo viste, la que lo baña, la que le canta para dormir, etc. etc. Mamá es todo para él, aunque esto no quiere decir que rechace al padre o demás familiares, sino que ve en la madre el cumplimiento de todas sus necesidades tanto físicas como emocionales. Con mamá está a gusto y seguro, si ella se aleja, ese bienestar y esa seguridad se esfuman.
Hay circunstancias que pueden ser causantes de la mamitis en los niños, por ejemplo: la llegada de un hermanito, esto es algo por lo que a la mayoría de los niños les da mamitis. También puede ser que el niño haya estado enfermo y se siente vulnerable sin los cuidados de mamá. Otra causa puede ser alguna situación familiar que no comprende o peor aún: mamá de repente tiene que salir a trabajar fuera de casa y queda al cuidado de otra persona. Estos cambios en la rutina del niño lo asustan, por eso lo que hay que hacer es intentar que recobre su seguridad, que vea que aunque no está mamá junto a él, no pasa nada. Pero es difícil hacerse entender por un niño tan pequeño, ¿cómo explicárselo entonces? A niños pequeños se les puede enseñar a través de juegos, la mamá puede jugar con él con bloques o cualquier juego que a él le guste. Cuando el niño esté bien entretenido, ella se puede ir alejando poco a poco, pero debe estar hablándole, haciéndole notar que ella está allí, sin necesariamente estar pegada a él. Cuando el pequeño vaya adquiriendo confianza, la mamá puede salir un momento de la habitación y regresar luego, si el niño no llora ni la llama es que está captando el mensaje. Algunos niños tardarán menos, otros más, las mamás deberán tener paciencia y no desesperarse.
Pero ¿qué pasa con las mamás sobreprotectoras? ¡Cuidado! porque estas mamás son las causantes de hijos que siguen teniendo mamitis ¡aún cumplidos los cuarenta años y entonces las que verdaderamente sufren son las esposas!


Angélica García Sch.

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