-
Mi
hijo no quiere estar con nadie más que conmigo- decía Elena a su amiga Rosa.
-
¡Ah,
está en la edad de la mamitis! A mí también me pasó con Pedrito, quería estar
siempre pegado a mí, pero después se le pasó. No te preocupes.
Elena
era mamá primeriza y había cosas en las que todavía no tenía práctica, así que
consultaba con sus amigas con más experiencia. Su Albertito, que tenía un año y
ocho meses, solo quería estar con ella, se le abrazaba cada vez que podía y si
la perdía de vista un momento lloraba desesperadamente. Todos decían bromeando
que el niño tenía mamitis, pero nadie le daba una solución, solo decían :”ya se
le pasará”, pero mientras tanto, Elena no podía dar un paso sin tener al niño
pegado encima como si fuera un “post it” que le recordaba a cada segundo: Soy tu
hijo y quiero estar contigo. Elena no podía negar que le gustaba sentirse
querida y necesitada por su hijo, aunque a veces la asfixiaba y le impedía
hacer sus labores en la casa. Albertito la acaparaba todo el tiempo y no la
dejaba hacer nada, se le colgaba abrazándose a sus piernas, sin dejarla ni
caminar o se le ponía adelante para pedirle los brazos constantemente.
A
muchas mamás les ha tocado pasar por esta etapa difícil con sus niños: “la
mamitis”, que es una condición infantil provocada principalmente por inseguridad.
Para el niño, mamá es la que está con él desde que nació, mamá es la que lo
alimenta, la que lo viste, la que lo baña, la que le canta para dormir, etc.
etc. Mamá es todo para él, aunque esto no quiere decir que rechace al padre o
demás familiares, sino que ve en la madre el cumplimiento de todas sus
necesidades tanto físicas como emocionales. Con mamá está a gusto y seguro, si
ella se aleja, ese bienestar y esa seguridad se esfuman.
Hay
circunstancias que pueden ser causantes de la mamitis en los niños, por
ejemplo: la llegada de un hermanito, esto es algo por lo que a la mayoría de
los niños les da mamitis. También puede ser que el niño haya estado enfermo y
se siente vulnerable sin los cuidados de mamá. Otra causa puede ser alguna
situación familiar que no comprende o peor aún: mamá de repente tiene que salir
a trabajar fuera de casa y queda al cuidado de otra persona. Estos cambios en
la rutina del niño lo asustan, por eso lo que hay que hacer es intentar que
recobre su seguridad, que vea que aunque no está mamá junto a él, no pasa nada.
Pero es difícil hacerse entender por un niño tan pequeño, ¿cómo explicárselo
entonces? A niños pequeños se les puede enseñar a través de juegos, la mamá
puede jugar con él con bloques o cualquier juego que a él le guste. Cuando el
niño esté bien entretenido, ella se puede ir alejando poco a poco, pero debe
estar hablándole, haciéndole notar que ella está allí, sin necesariamente estar
pegada a él. Cuando el pequeño vaya adquiriendo confianza, la mamá puede salir
un momento de la habitación y regresar luego, si el niño no llora ni la llama
es que está captando el mensaje. Algunos niños tardarán menos, otros más, las
mamás deberán tener paciencia y no desesperarse.
Pero
¿qué pasa con las mamás sobreprotectoras? ¡Cuidado! porque estas mamás son las
causantes de hijos que siguen teniendo mamitis ¡aún cumplidos los cuarenta años
y entonces las que verdaderamente sufren son las esposas!
Angélica
García Sch.
No hay comentarios:
Publicar un comentario