miércoles, 6 de abril de 2016

POR CAUSA DE SU NOMBRE


“Por causa de mi nombre todo el mundo los odiará, pero el que resista hasta el fin será salvado” Mateo 10:22 RVC

El artículo 24 de la Constitución Mexicana dice:

“Toda persona tiene derecho a la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión, y a tener o adoptar, en su caso, la de su agrado. Esta libertad incluye el derecho de participar, individual o colectivamente, tanto en público como en privado, en las ceremonias, devociones o actos del culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley.
Nadie podrá utilizar los actos públicos de expresión de esta libertad con fines políticos, de proselitismo o de propaganda política.
El congreso no puede dictar leyes que establezcan o prohíban religión alguna.
Los actos religiosos de culto público se celebraran ordinariamente en los templos. Los que extraordinariamente se celebren fuera de estos se sujetarán a la ley reglamentaria.”

Somos afortunados por vivir en un país en donde existe la libertad de culto. Hoy en día muchos cristianos están sufriendo persecución y muerte en diferentes partes del mundo, como en Irak, donde los yihadistas del Estado Islámico, siembran el terror entre los cristianos. Cientos de niños cristianos están siendo decapitados sin piedad o llevados al desierto para que mueran de hambre y de sed. Más de cincuenta mil refugiados cristianos se encuentran en las montañas, completamente aislados, sin agua ni comida. Mientras tanto las potencias internacionales, se mantienen al margen, indiferentes. Son inimaginables los actos que cometen contra nuestros hermanos que han tenido la desgracia de nacer en esas tierras.
Aparte de Irak, son cincuenta los países en donde se persigue a los cristianos, entre ellos: La India, Egipto, China, Corea del Norte, Irán, Etiopía, Vietnam, Indonesia, Nigeria, Emiratos Árabes, Afganistán, Siria, Jordania, Colombia, etc. Pero no podemos cantar victoria, pues aun perteneciendo a un país en donde la Constitución proclama la libertad religiosa, esta libertad no es respetada en ciertos puntos del territorio mexicano, como en Guerrero, Oaxaca, Jalisco y Chiapas, siendo este último estado el más afectado.
En el mes de Junio del 2014, representantes de la religión mayoritaria en el municipio de San Cristóbal de Las Casas, Chis. destruyeron con hachas y machetes, las viviendas de alrededor de diecinueve familias de indígenas evangélicos, quemando una de ellas y obligándoles a salir de ese municipio, por la única razón de pertenecer a una entidad religiosa diferente a la de ellos. Un grupo de religiosos tradicionalistas había amenazado anteriormente a los evangélicos pertenecientes a la etnia tzotzil, con expulsarlos del pueblo si no renunciaban a su fe protestante y se unían públicamente a su religión y costumbres, lo cual obviamente, los evangélicos rechazaron.
La gota que derramó el vaso fue la celebración de un culto en la iglesia local Maranatha, a los religiosos les disgustó esto y encerraron a los cristianos en una cárcel rural. Los tuvieron que liberar al día siguiente porque no había motivo legal para retenerlos, pero les dijeron a las familias que no tenían derecho a permanecer en la comunidad. Como los evangélicos se negaron a dejar sus hogares, les amenazaron con quemarlos vivos y violar a sus mujeres y a sus niñas. Entonces tuvieron que acceder en contra de su voluntad y se fueron a refugiar en un centro comunitario del municipio. La Secretaría de Pueblos y Cultura Indígenas del Estado les ayudó con ropa y comida, medicinas y abrigo, pero las autoridades locales se mantuvieron indiferentes.
La intolerancia religiosa persiste en México, no solo en el estado de Chiapas, también se conocen casos similares en Oaxaca, Puebla, Pahuatlán, Tlanalapan y Santa María Yohueche. Los evangélicos de estas comunidades son expulsados de sus hogares, asesinados o amenazados de muerte, golpeados, encarcelados, son quemadas sus casas o destruidas a hachazos, etc. pero a pesar de todo esto, ellos no han renunciado a su fe. Son firmes en sus creencias y seguramente serán recompensados, porque no importa lo que tengamos que padecer en este mundo, si al dejarlo, nos espera la vida eterna al lado de nuestro Señor. Jesús dijo: “Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo.» (Juan 16:33 RVC)
Demos gracias a Dios porque en el lugar donde vivimos no existe una situación como la de estos estados del país respecto a los cristianos evangélicos y podemos reunirnos en paz cada vez que lo deseamos, sin temor a ser agredidos. Gracias a Dios porque no nos han echado de nuestros hogares ni les han prendido fuego, ni nos han dejado sin agua y sin luz por más de un año, como a otros hermanos, pero hay que estar preparados. Las profecías apocalípticas ya se están cumpliendo y Jesús dijo: “Entonces los entregarán a ustedes para ser torturados, y los matarán, y todos los odiarán por causa de mi nombre.” (Mateo 24:9 RVC) Oremos por nuestros hermanos de todo el mundo que en estos momentos están sufriendo persecución y muerte, no los olvidemos porque están lejos, pertenecemos a un mismo cuerpo, el cuerpo de Cristo, unidos en un mismo sentir, no importa en qué punto del globo nos encontremos.
Si  por causa de Su nombre somos perseguidos, ¡por causa de Su nombre mantengámonos firmes hasta el fin!

“… Estamos atribulados en todo, pero no angustiados; en apuros, pero no desesperados; perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no destruidos” 2 Corintios 4:8-9

Angélica García Sch.


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