Hay
muchas familias que fijan un día, generalmente los Domingos, para reunirse
alrededor de la mesa familiar de la casa paterna. Nada más gratificante para
los padres, que ver a sus hijos, algunos ya con sus propias familias, todos
juntos, compartiendo momentos gratos. Igualmente Dios se agrada de ver a sus
hijos todos juntos en armonía. Por eso cuando ya eres un hijo de Dios y pasas a
formar parte de Su familia, que es la iglesia, debes reunirte con otros hijos
de Dios, para alabar a nuestro Padre y escuchar Su Palabra. Así estarás haciendo
la voluntad de Dios.
La
iglesia no es un edificio, la iglesia somos todos los creyentes y Jesús es su
fundador. A medida que crezcas espiritualmente, irás viviendo nuevas
experiencias, te irás familiarizando con la Palabra de Dios y comprendiendola
más y más. Tu experiencia en Cristo, debe ser compartida, Jesús nos dejó una
misión, la de proclamar las buenas nuevas de salvación a otros. Hay mucha gente
necesitada espiritualmente en este mundo, que quizá tenga una religión, una
filosofía, pero ninguna religión ni filosofía salva, solo Jesucristo. Eso es lo
que tú debes proclamar para que otras personas tengan la oportunidad de llegar
a ser hijos de Dios.
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