viernes, 29 de marzo de 2013

Casino


Existen actividades que por no venir especificadas en la Biblia, provocan dudas a los cristianos. No vienen especificadas en las Escrituras porque en los tiempos bíblicos no existían, pero Dios siempre tiene una respuesta. Los casinos no existían en esos tiempos, sin embargo, si queremos saber qué opina Dios del juego y del dinero fácil, no tenemos que adivinar ni inventarnos una respuesta a nuestra conveniencia.
En primer lugar, ¿qué se hace en un casino?...Se buscan ganancias, a costa de arriesgar una cantidad para multiplicarla, bueno, esa es la ilusión que se hacen los jugadores: multiplicar su dinero, pero pocas veces esta ilusión se hace realidad. Por su parte, los dueños de casinos no están dispuestos a perder y echan mano de varias tretas para evitarlo. En los casinos se ofrecen bebidas alcohólicas, los clientes beben y van perdiendo la sobriedad, van perdiendo la capacidad para pensar bien y es más probable que pierdan. Los que trabajan en los casinos están adiestrados para estimular a los clientes a que apuesten la mayor cantidad de dinero posible, con la esperanza de obtener la mayor ganancia posible también. ¡La casa siempre gana!
Dice Eclesiastés 3: 10 al 12: "Quien ama el dinero, de dinero no se sacia. Quien ama las riquezas nunca tiene suficiente. ¡También esto es absurdo! Donde abundan los bienes, sobra quien se los gaste; ¿y qué saca de esto su dueño, aparte de contemplarlos? El trabajador duerme tranquilo, coma mucho o coma poco. Al rico sus muchas riquezas no lo dejan dormir". Es muy común que en el casino, un jugador que ya ha ganado una cantidad considerable, se tiente a seguir jugando y termine por perder todo lo que ha ganado. ¿Por qué? porque nunca es suficiente para él. Y también es muy cierto que tener mucho dinero equivale a preocupación y en estos tiempos, ¡temor a ser secuestrado!
La Biblia dice que el amor al dinero es la raíz de todos los males (1 Timoteo 6:10). Los casinos están llenos de amantes del dinero. Y también dice: "Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca te dejaré; jamás te abandonaré" (Hebreos 13:5) Al recurrir a un casino para tener más dinero, estamos faltando a este mandamiento, no nos estamos contentando con lo que tenemos, queremos más y más. La Biblia no específica: "No juegues en un casino", pero este versículo responde a la pregunta que algunos cristianos se han hecho alguna vez: ¿está mal que un cristiano vaya a un casino?
Dios nos provee de todo lo que necesitamos a través de medios honestos, así que está muy mal dicho: "Dios me regaló este dinerito", si te lo ganaste en el casino. El juego provoca adicción, las adicciones entorpecen la mente y hacen olvidar los escrúpulos a los seres humanos. Dios jamás se vale de cosas como éstas para suplir nuestras necesidades. El nos provee de trabajo, inteligencia, habilidades y talentos para que nos ganemos el sustento diario. ¿Se agradará Dios en recibir el diezmo que provenga del juego o de la venta de alcohol o drogas o cualquier otro vicio? ¡Por supuesto que no! Lo que ofrendamos o diezmamos en la iglesia, debe ser producto de nuestro trabajo y trabajo honesto.
Y por último, la pregunta que siempre debemos hacernos, cuando no estamos seguros de si hacemos bien o mal: "¿Jesús lo haría?... Si el Señor hubiera venido a la tierra en esta época, ¿hubiera jugado al bingo?... Todo lo que Jesús no haría, tampoco un cristiano, un seguidor de Cristo, lo debería hacer. Así que si un día decidiste seguir Sus huellas, ten la seguridad de que éstas jamás te llevarán ante las puertas de un casino.
El dinero mal habido pronto se acaba; quien ahorra, poco a poco se enriquece.  Proverbios 13:11


Angélica García Sch.



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