Sólo
en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi esperanza. Sólo él es mi roca y
mi salvación;
él es mi protector y no habré de caer. Dios es mi salvación y mi gloria; es la roca que me fortalece;
¡mi refugio está en Dios! Salmos 62:5-7
él es mi protector y no habré de caer. Dios es mi salvación y mi gloria; es la roca que me fortalece;
¡mi refugio está en Dios! Salmos 62:5-7
Un hombre tenía a su esposa enferma de
gravedad, el día que iban a operarla, le avisaron de la escuela, que su hijo
más pequeño se había caído y se había roto un brazo. Cuando llegó a su casa, se
encontró con una notificación, que decía que tenía una semana para desocuparla
pues ya debía varios meses de renta y para colmo, le habían cortado la luz,
también por falta de pago...
¿Te
has enfrentado a algo parecido? La mayoría de nosotros, cual más, cual menos,
hemos pasado por circunstancias donde parece que se nos junta todo y se nos
viene el mundo encima. ¿Cómo reaccionas cuando parece que tienes todo en
contra... Cuando a pesar de que oras y pides la ayuda divina, todo sigue igual
y no hallas la salida?
En
esta vida, tanto creyentes como incrédulos, pasamos por situaciones donde nos
toca sufrir, donde nos tenemos que enfrentar a circunstancias difíciles, que
parecen llevarnos a un callejón sin salida. Pero existe una diferencia, entre
el sufrimiento de un cristiano y el de un incrédulo. El sufrimiento del
cristiano tiene un propósito muy grande, espiritualmente, para su crecimiento
interior y tiene en Quién apoyarse. El incrédulo, está solo.
La clave para
enfrentar los problemas está en saber esperar en Dios. Esperar en El, es
confiar en Sus promesas, "El Señor mismo marchará al
frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te
desanimes" (Deuteronomio 31:8). Esperar en Dios es una prueba de fe. "Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor
reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al
mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe" (Hebreos
11:7) Noé confió en Dios, a pesar de que lo que le había mandado, parecía de lo
más descabellado. Construir un arca en un lugar donde nunca llovía, le
significó las burlas e insultos de los demás y lo tildaron de loco, pero Noé
siguió construyendo. ¡Ciento diez años tardó en terminar el arca, durante los
cuales no cayó ni una gota! Pero cuando comenzó a llover tan fuerte, todos
aquellos que se habían estado burlando, se asustaron y quisieron que Noé les
dejara entrar, pero era demasiado tarde. ¡Que no se te haga demasiado tarde
para creerle a Dios!
Esperar en Dios es descansar en El, sin angustias ni preocupaciones. Quizá el mundo te llame loco, como llamaron a Noé, pero no importa. Tú estás en paz y eso sí es importante. Si sientes que tu situación te ahorca, mantente sereno, ya sabes que Dios aflojará la cuerda. Mantente tranquilo, no te angusties. Los que no conocen a Dios, no comprenderán tu tranquilidad, a pesar de la tormenta por la que estás pasando. Hasta puede que piensen que eres un insensible o alguien a quien se le "resbala" todo. No pueden entender la paz de Dios, ya que no se puede entender en base a la razón, pues es algo espiritual. Jesús se mantuvo en completa quietud en medio de la tormenta, tanto así que iba dormido en el bote. Sus discípulos en cambio, se angustiaron y desesperaron. Jesús siempre estaba tomado de la mano del Padre, por eso podía estar tranquilo. Cuando nos soltamos de la mano de Dios, caemos fácilmente en angustia y desesperación.
Si te encuentras hoy en medio de una tormenta, mantente confiado, firme en tu fe. Espera que Dios te muestre el propósito que tiene esa prueba. Deja que El tome el control y espera que El dirija tus pasos hacia la solución. El tiempo exacto es el tiempo de Dios.
¿Cómo esperar sin desesperar? Mantente en constante comunicación con Dios. Entrégate a una vida de oración y medita en la Palabra. Pasa momentos a solas con El, te dará nuevas fuerzas para esperar y pondrá paz en tu corazón.
Aprender a esperar en Dios, te hará sentir libre de angustia, desesperación e impaciencia. Te dará esperanza, seguridad de que hay una salida real para tus problemas. Te ayudará a permanecer en paz, mientras se solucionan las cosas. No necesitarás recurrir a refugios falsos y pasajeros, como el alcohol, las drogas, etc. ¡El único refugio seguro y verdadero, cuando todo parece estar en tu contra, son los brazos de Dios!
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:6-7
Angélica García Sch.
Esperar en Dios es descansar en El, sin angustias ni preocupaciones. Quizá el mundo te llame loco, como llamaron a Noé, pero no importa. Tú estás en paz y eso sí es importante. Si sientes que tu situación te ahorca, mantente sereno, ya sabes que Dios aflojará la cuerda. Mantente tranquilo, no te angusties. Los que no conocen a Dios, no comprenderán tu tranquilidad, a pesar de la tormenta por la que estás pasando. Hasta puede que piensen que eres un insensible o alguien a quien se le "resbala" todo. No pueden entender la paz de Dios, ya que no se puede entender en base a la razón, pues es algo espiritual. Jesús se mantuvo en completa quietud en medio de la tormenta, tanto así que iba dormido en el bote. Sus discípulos en cambio, se angustiaron y desesperaron. Jesús siempre estaba tomado de la mano del Padre, por eso podía estar tranquilo. Cuando nos soltamos de la mano de Dios, caemos fácilmente en angustia y desesperación.
Si te encuentras hoy en medio de una tormenta, mantente confiado, firme en tu fe. Espera que Dios te muestre el propósito que tiene esa prueba. Deja que El tome el control y espera que El dirija tus pasos hacia la solución. El tiempo exacto es el tiempo de Dios.
¿Cómo esperar sin desesperar? Mantente en constante comunicación con Dios. Entrégate a una vida de oración y medita en la Palabra. Pasa momentos a solas con El, te dará nuevas fuerzas para esperar y pondrá paz en tu corazón.
Aprender a esperar en Dios, te hará sentir libre de angustia, desesperación e impaciencia. Te dará esperanza, seguridad de que hay una salida real para tus problemas. Te ayudará a permanecer en paz, mientras se solucionan las cosas. No necesitarás recurrir a refugios falsos y pasajeros, como el alcohol, las drogas, etc. ¡El único refugio seguro y verdadero, cuando todo parece estar en tu contra, son los brazos de Dios!
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:6-7
Angélica García Sch.
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