Muchas
veces ocurre que queremos quedar bien con una persona, entonces procuramos
hacer lo que es agradable a esa persona. Un empleado quiere quedar bien con su
jefe, lo adula, porque le conviene, puede subirle el sueldo o hasta obtener un
ascenso. Un alumno, quiere quedar bien con su profesor, pues le conviene para
tener su preferencia y que lo pase de curso. Los hijos, cuando quieren obtener
algo de sus padres, hacen algo, alguna labor doméstica o le lavan el auto al
papá, para quedar bien y conseguir lo que quieren. Muchos padres, cuando ven
tantas atenciones de parte de sus hijos, ya saben hacia dónde van y solo
preguntan: "¿qué me vas a pedir?". El ser humano natural, es muy dado
a estas acciones, a basar su comportamiento con las demás personas, según lo
que pueda obtener de ellas.
Jesús
nos enseñó a dar sin condiciones. El, durante toda su vida terrenal, siempre
dio a todos, sin pensar obtener nada a cambio. El nunca hizo nada solo para
quedar bien, sino que todo lo que hizo fue por amor al prójimo y por amor y
obediencia al Padre. "El amor no hace nada indebido, no busca lo
suyo...", dice 1 Corintios 13:5a. Esto es lo que también los cristianos
debemos poner en primer lugar.
No
busquemos quedar bien con las personas, solo por interés propio, si hacemos
esto, puede que quedemos bien con los demás, pero quedamos mal con Dios, que es
lo más importante. Jesús estuvo siempre recibiendo críticas, burlas, ataques, a
pesar de no hacer más que el bien. Las cosas no han cambiado desde esos
tiempos. Un cristiano que no sigue la corriente del mundo, sufre burlas,
críticas, ataques en la escuela, en el trabajo y en cualquier lugar donde se
encuentre rodeado de personas que no conocen a Dios. Por esto, muchos
cristianos, andan de "incógnito" y no se atreven a decir lo que son.
Para quedar bien con sus compañeros de escuela o trabajo, hasta participan en
sus fiestas, toman y se comportan igual que ellos. Quedan bien con ellos, pero
quedan muy mal con Dios.
Nuestras
convicciones deben ser tan firmes que no nos dé temor declararlas. No
necesitamos quedar bien con nadie, más que con Dios, nuestro Señor. Porque
sabemos que estando bien con El, actuaremos correctamente. Buscando primero el
reino de Dios, todo nos vendrá por añadidura. Y lo único que debemos hacer para
quedar bien con Dios es obedecerle. El no quiere sacrificios, no quiere
penitencias, no necesita nada de eso, lo que quiere de nosotros es obediencia.
Si estamos en su camino, no nos salgamos por complacer a otros, para obtener lo
que necesitamos. ¡El es el proveedor de todas las cosas!
No
hay nada que podamos hacer, para "ganarnos" a Dios tal como nos
ganamos al jefe para conseguir un ascenso. Solo quedaremos bien con Dios,
siguiendo la ruta del amor y la obediencia, es decir, siguiendo las huellas de
su amado Hijo Jesucristo.
Y cuando piden, no reciben porque piden con malas
intenciones, para satisfacer sus propias pasiones. Santiago 4:3
Angélica García Sch.
Angélica García Sch.
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