"Yo soy el pan de vida —declaró Jesús—. El que
a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener
sed". Cuando recibimos a Jesús en nuestras vidas, es necesario alimentarse
espiritualmente. La Palabra de Dios, es el alimento indispensable para crecer
espiritualmente. Así como cuando nacemos físicamente, necesitamos que nos
alimenten para que nuestro cuerpo físico crezca, cuando nacemos
espiritualmente, también necesitamos alimentarnos. La Biblia es la Palabra de
Dios, perfecta, confiable y verdadera. Ha sido difamada, desacreditada y
menospreciada, pero sigue siendo el mayor best seller de todos los tiempos y
nadie ha podido destruirla. La Biblia es un legado mediante el cual Dios se revela
a la humanidad. Todo lo que se diga respecto a Dios, que no provenga de Su
Palabra, es solo producto de la mente humana, la cual es limitada y propensa a
equivocaciones. La mente de Dios es perfecta, Dios nunca se equivoca. La Biblia
es producto de la mente de Dios. Los hombres que la escribieron fueron elegidos
por Dios y recibieron Su inspiración para plasmar Sus pensamientos. "Toda
la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para
corregir y para instruir en la justicia"
Hay muchas personas que dicen creer en Dios, pero no le creen a Dios, es decir a la Biblia. Satanás mismo y sus demonios creen en Dios, no pueden negar su existencia, pero están en contra de Su Palabra, la Biblia.
La Biblia no es un libro cualquiera, es un libro de origen sobrenatural, que se ha de discernir espiritualmente, no con el intelecto. A medida que crecemos espiritualmente vamos comprendiendo lo que antes era un enigma, vamos abriendo los ojos espirituales, se nos van aclarando muchas cosas. El Espíritu Santo de Dios nos da el discernimiento para comprender la Biblia.
Hay muchas personas que dicen creer en Dios, pero no le creen a Dios, es decir a la Biblia. Satanás mismo y sus demonios creen en Dios, no pueden negar su existencia, pero están en contra de Su Palabra, la Biblia.
La Biblia no es un libro cualquiera, es un libro de origen sobrenatural, que se ha de discernir espiritualmente, no con el intelecto. A medida que crecemos espiritualmente vamos comprendiendo lo que antes era un enigma, vamos abriendo los ojos espirituales, se nos van aclarando muchas cosas. El Espíritu Santo de Dios nos da el discernimiento para comprender la Biblia.
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