martes, 19 de febrero de 2013

Nacer de nuevo



BEBES ESPIRITUALES
Cosas maravillosas suceden cuando comenzamos a caminar con Cristo. Hemos nacido de nuevo al recibirlo como Señor y Salvador personal. Nacer de nuevo quiere decir que nacemos a una nueva vida espiritual. Nos convertimos en "bebés espirituales", muy pequeños para comprender las cosas de Dios, pero Jesús antes de ascender a los cielos, les dijo a sus discípulos que no los dejaría solos, que vendría a ellos un consolador, el Espíritu Santo de Dios a morar en ellos y a guiarlos. Ese mismo Espíritu Santo de Dios mora en todos los que recibimos a Cristo en nuestras vidas, es nuestro guía espiritual y nos ayuda a comprender las Escrituras. El Espíritu Santo hace que Cristo sea una realidad en nuestras vidas. Nos ayuda a vencer tentaciones y nos capacita para tomar decisiones correctas, de acuerdo a la voluntad de Dios. Nos ayuda a cambiar de actitud frente al pecado, transformando y limpiando nuestra mente y corazón.

RECIBIR A CRISTO TRAE LIBERTAD
Jesucristo nos libra del pecado, nos libra de temores, de amargura, de resentimientos, de culpa, de vicios, de cargas, sana nuestras heridas y mucho más. Nos libera de todo lo que ha venido estorbando en nuestra vida, lo que nos ha hecho infelices y ha mantenido prisionero nuestro corazón. El famoso pintor y escultor, Miguel Ángel, cuando tenía enfrente un bloque de mármol para esculpir, decía: "La figura ya está adentro, solo hay que quitar lo que sobra para poder verla". Cuando entregamos nuestra vida a Cristo, somos como un duro bloque de mármol. Jesús es el escultor que quita todo lo que sobra y hace emerger una nueva criatura, tal como la concibió la mente de Dios. Ya no estamos más prisioneros dentro del bloque de mármol.

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