viernes, 29 de marzo de 2013

Cómo encarar a un viejo verde


Sonia llevaba apenas un mes trabajando en el despacho del abogado Roldán. El era un hombre maduro, extremadamente cortés y respetuoso a los ojos de ella, quien lo veía como una figura paterna. Estaba muy contenta por haber conseguido ese trabajo con un jefe tan buena persona.
Un día, alguien le dijo que al abogado le gustaban las jovencitas y que por eso la había contratado, pues ya tenía "planes" para ella. Sonia se enojó machismo y no creyó ni una palabra, ¡cómo era posible que le levantaran esa clase de calumnia a una persona tan buena y correcta como el abogado Roldán!
Pasaron tres meses, durante los cuales, Sonia no tuvo ninguna queja de su jefe. El siempre se comportaba de una manera intachable y le fue tomado verdadero aprecio. Era generoso, comprensivo y considerado, la tenía cautivada. Entonces empezaron a suceder las cosas. Ese señor tan correcto no era lo que parecía, solo se había tomado su tiempo para ganarse la confianza de su secretaria, con el propósito de conseguir lo que quería.
Empezó con invitaciones inocentes a almorzar. Ella no podía negarse, no tenía motivo para desconfiar de él. Durante esas visitas al restaurante, él terminó por enternecer el corazón de Sonia, contándole lo solo que se sentía por la indiferencia de su esposa e hijos, que solo lo querían para sacarle dinero. Nadie lo comprendía y sufría mucho...Un día llegó al extremo de soltarse llorando delante de ella, en el momento en que se acababan de subir al auto, de regreso al trabajo. Sonia no podía permanecer insensible ante esa escena. Abrazó con ternura al pobre viejo, como lo hubiera hecho con su padre (así lo veía ella)...Pero ¡oh sorpresa!, en cuanto hizo esto, el sufrido y compungido abogado Roldán, se convirtió en un pulpo de ocho brazos y sus respectivas manos, que la aprisionaron con vehemencia. Sonia estaba terriblemente impresionada y decepcionada, no podía creer lo que estaba sucediendo. Luchó con todas sus fuerzas para zafarse de aquel abrazo y furiosa y asqueada, se bajó del auto, azotando la puerta. Ese mismo día presentó su renuncia.

Casos como éste suceden a diario. Hombres mayores asedian a mujeres mucho más jóvenes que ellos, en el trabajo, en las escuelas, etc. Afortunadamente el acoso sexual ya es un delito penado por la ley. ¿A qué se debe que en este mundo, existan tantos hombres mayores, como el abogado Roldán, que gusten de conquistar jóvenes de la edad de sus propias hijas?
Desde el principio de la historia de la humanidad, podemos notar que una de las características del sexo masculino es su gran espíritu de conquista. El hombre se siente realizado conquistando tierras, naciones, imperios, éxitos en general y por supuesto...al sexo opuesto.
Con la pérdida de la juventud, muchos hombres sienten que pierden su facultad para conquistar mujeres. La principal causa de que haya tantos "viejos verdes", es la inseguridad. Ellos sienten que reafirman su masculinidad cuando conquistan una jovencita (aunque sepan que es por su dinero), eso los hace sentir jóvenes y viriles otra vez.
Otra causa muy común es la de presumir delante de sus amigos (o amigotes, como decimos las mujeres). No hay nada que levante más su ego, que ellos se enteren de sus conquistas.
Otra causa es el hastío en su matrimonio, el cual no han sabido mantener vivo y fresco. Por supuesto culpan a su mujer de esto. Pero a quien corresponde mantener la llama viva en el matrimonio, es al hombre. Estar casados con la misma mujer, que ya tampoco es joven, les aburre.
La influencia del mundo juega un papel muy importante. Los medios de comunicación exaltan la juventud, la belleza, el materialismo. Estos son los "valores" para un hombre que se considere de éxito. Por eso también hay ahora maquillaje para hombres, tintes para ocultar las canas, tratamientos de belleza masculinos y muchos gimnasios para mantener una figura atractiva.
Si un hombre ha vivido apartado de Dios durante toda su vida, es muy fácil que se sienta atraído por esos falsos valores y no es de extrañar que se convierta en un "viejo verde", perseguidor de muchachitas. Esto no quiere decir que todos los hombres que no conocen  lo sean, como tampoco quiere decir que todos los hombres que sí lo conocen...no lo sean. Un hombre de Dios también está expuesto a las tentaciones, pero de su fidelidad y firmeza en Dios, depende que no caiga.
Dios es quien renueva y rejuvenece el corazón del hombre. La búsqueda de placeres y la satisfacción del ego, tal vez haga sentir más jóvenes y exitosos a algunos hombres, pero un día tendrán que rendir cuentas delante de Dios.
Con Dios como eje del matrimonio, la pareja envejecerá físicamente, pero su amor se mantendrá joven por siempre.

Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.  Hebreos 13:4



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