viernes, 29 de marzo de 2013

¿Qué tipo de ansiedad sufres tú?


Todos hemos experimentado alguna vez lo que es la ansiedad. Es una sensación muy desagradable, que llega a provocar alteración del ritmo cardíaco arrugas, úlceras, pero principalmente, oprime el espíritu y lacera el alma. Pero la ansiedad es producto de la mente y puede ser controlada con una transformación del pensamiento.
Hay diferentes tipos de ansiedad. Una es la que se origina en el pasado: sentimientos de culpa, malos recuerdos, resentimientos, frustraciones, etc. Hay personas que no pueden olvidar o no quieren olvidar. Son lo que llamamos: amargados. Se amargan el presente por lo malo de su pasado.
El otro tipo de ansiedad es la del presente. La de las preocupaciones cotidianas, como las necesidades materiales, la salud, los hijos, la pareja, etc. Es la más común. Mucha gente vive a las carreras, siempre con prisa, por falta de organización, esto provoca ansiedad. También el desorden, la desidia, la impuntualidad, en fin, malos hábitos que hacen que las cosas no salgan bien.
La otra ansiedad es la de la especulación del futuro. La incertidumbre hacia el futuro es motivo de ansiedad para muchas personas. Se atormentan en vano imaginando situaciones difíciles y problemas que aun no suceden y que quizá nunca lleguen a ocurrir.
Ninguna de estas tres clases de ansiedades es justificada. Vivir reciclando un pasado doloroso, es absurdo. Lo que pasó, pasó, no va a cambiar, hay que dejarlo ir, tirarlo a la basura como algo inservible. Cuando hacemos una limpieza general en casa, guardamos lo que nos trae bonitos recuerdos, pero tiramos lo que no sirve para nada, así debemos de hacer con nuestra alma, una limpieza general y guardar solo los bonitos recuerdos.
Vivir preocupados por lo cotidiano, tampoco es muy inteligente. Siempre he dicho que la mejor manera de solucionar un problema, es evitarlo. Hay que formarnos buenos hábitos que nos eviten situaciones difíciles, como la puntualidad, el cuidado de la salud, educar bien a los hijos, ahorrar, etc. Se presentan imprevistos sí, pero serán menos agobiantes si no se nos juntan con algo más, que se pudo haber evitado.
La ansiedad a futuro es la más inútil. No podemos vivir angustiados por el futuro. Hay que trabajar en el presente, lo que sembremos hoy, cosecharemos mañana. Una buena siembra, garantiza una buena cosecha. Y sobretodo hay que confiar, confiar en ese ser superior para el cual no hay nada imposible. Termino con una pequeña historia:
Una niña viajaba por primera vez en avión. Su papá era el piloto de ese vuelo. Era de noche y cruzaban el océano, cuando se desencadenó una terrible tormenta. La sobrecargo ajustó el cinturón de seguridad de la niña, que se despertó y le preguntó: "¿Está mi papá piloteando el avión?", la sobrecargo le respondió: "Sí, él está al mando". Entonces la niña sonrió y tranquilamente se volvió a dormir. Cuando dejamos que nuestro Padre esté en la cabina de mando y maneje los controles de nuestra vida, podemos mantenernos en completa paz y confianza, aun si estamos en medio de una terrible tormenta.

Angélica García Sch.                                                                                                          

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