"Y
creó Dios al hombre a imagen, a imagen de Dios lo creó: varón y hembra los
creó" (Génesis 1:27) Este versículo de la Biblia es más que suficiente
para responder a una pregunta que quizá te hayas hecho más de una vez: ¿Quién
soy yo? ¿Por qué vine al mundo? Eres la obra perfecta de Dios y estás en este
mundo porque fue Su voluntad que nacieras. El hecho de que tú estés aquí en
este mundo, porque Dios quiso regalarte el don de la vida, significa mucho:
eres importante para El. Quizá no te ha ido muy bien en la vida y pienses que
no le importas a Dios, pero no es así. Tú le importas a Dios, más de lo que
crees.
Es
muy importante el concepto que tengas de ti mismo, porque en base a ello es
como actuarás en la vida. Si tienes una baja autoestima, debes conocer el
origen. Quizá de niño fuiste objeto de comparaciones entre tus hermanos o te
ridiculizaban en la escuela o no eras muy bueno en los deportes o eras muy
tímido, etc. Puede haber muchas razones por las que hayas crecido sintiéndote
inferior, pero por muy terribles que hayan sido las circunstancias por las que
hayas pasado, la opinión de ti mismo no debe ser consecuencia de lo negativo
que haya habido en tu vida. Pero si es así, existe un tratamiento divino, que
hará que tu autoestima suba y se mantenga en el lugar donde debe estar.
RECETA
PARA SUBIR LA AUTOESTIMA
Eres
obra perfecta de Dios:
"Yo
hice la tierra y creé sobre ella al hombre. Yo, mis manos..." Esto dice el
Señor en Isaías 45:12. Dios te hizo con Sus propias manos y todo lo que El hace
es perfecto. Aun aunque tengas un defecto físico, eres perfecto para El. Los
ojos de Dios no ven igual que los ojos del hombre. Dios tiene un propósito para
todo ser creado. El gran arquitecto te planeó desde el principio. Nadie nace
por accidente, aunque como humanos a veces pensamos lo contrario. Tú estabas
programado en Su mente, porque eres útil a Dios, El te diseñó para serle útil.
¿Para qué querría un carpintero hacer una silla que no sirviera para sentarse?
... Todo tiene una finalidad y una justificación de ser, ¡así como te hizo
Dios, así le puedes servir!
Dios
te ama más que nadie:
"Por
que de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que
todo aquel que cree en él, no se pierda, más tenga vida eterna" (Juan
3:16) La muerte de Jesucristo es la manifestación de amor más grande de Dios
hacia el hombre. Cuando El entregó a Su Hijo por la humanidad, todos estábamos
incluidos, no omitió a nadie, ¡tú estabas incluido, aunque aun no nacías! El te
ama tanto como a Su propio Hijo. El sabía que cometerías errores, que
sucumbirías a tentaciones, sabía que le fallarías en incontables ocasiones,
pero aun así te amó desde antes que nacieras.
Lo
que Dios espera de ti:
Para
Dios somos como niños aprendiendo a caminar, caemos muchas veces, pero Su mano
estará siempre presta a levantarnos. Lo importante es aceptar su dirección.
Despójate de esos sentimientos que estorban para que Dios cumpla Su propósito
en ti. Piensa positivamente, no pienses en tus carencias y limitaciones, sino
en tus talentos y habilidades, no te subestimes, valórate, porque para Dios
tienes un gran valor. No permitas que las circunstancias externas tengan más
poder sobre ti, que Aquel que te hizo a Su imagen y semejanza. ¡Eres una joya
preciosa para Dios!
¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y
el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los
ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las
obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies Salmos 8:4-6
Angélica
García Sch.
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